
Aprender cosas nuevas es una experiencia maravillosa, pero a veces también es un deber indiscutible: ya sea en la escuela, en la universidad o preparándose para una profesión, el estudio es ante todo una etapa importante de su vida, que define o definirá su papel en la sociedad y sus perspectivas económicas. Por ello, no es algo que pueda dejarse al azar, sino que necesita, a su vez, un estudio continuo sobre cómo estudiar mejor.
Aunque parezca paradójico, hay muchas técnicas eficaces para estudiar bien y rápido que se pueden aprender, y no son sólo una cuestión de habilidad personal. De hecho, muchos estudiantes pueden beneficiarse de aplicarse metódicamente para entender cómo afrontar mejor un examen o una oposición, y aunque algunos de los consejos están necesariamente vinculados a áreas específicas de estudio, hay actitudes positivas que pueden utilizarse en cualquier momento.
En esta guía te voy a dar algunos consejos para mejorar tu rendimiento en el estudio, y te propondré algunas soluciones que -según mi experiencia- pueden ser buenas para no perder nunca el ritmo y la atención. Además, te indicaré algunas sencillas aplicaciones gratuitas para smartphones, que pueden ayudarte a mantener la concentración. Parto de la base de que es posible que todo el mundo estudie bien, pero es tu voluntad lo que cuenta más que cualquier otra cosa: no hay fórmulas mágicas, y nadie puede darte garantía de éxito gracias a un método, pero es cierto que sin tu aplicación, todo intento será en vano.
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¿Cómo motivarse para estudiar?

La «voluntad de estudiar» es la actitud mental que los profesores suelen llamar «motivación», y es posible que hayas escuchado algunas expresiones trilladas como «es inteligente pero no se aplica». En realidad la motivación no tiene nada que ver con la inteligencia, afortunadamente, y relacionar ambas cosas sólo tiene sentido de forma retórica para decir que siempre se puede hacer algo mejor, si se hace con constancia y metódica.
De hecho, si nos fijamos bien, la única diferencia entre una persona que ha leído uno o varios libros de Física y un experto en Física no es el título, que si acaso es la coronación oficial de una carrera, sino la dedicación, que llevó a este último a profundizar de forma amplia y polifacética en su materia. Por esta razón, algunas personas con enormes conocimientos en determinados campos, como Guglielmo Marconi, Bill Gates o Steve Jobs, adquirieron sus habilidades estudiando de forma privada: estaban tan motivados que consiguieron convertirse en expertos a pesar de la ausencia de un plan de estudios organizado.

Un alto IQ y las herramientas de estudio más modernas no son suficientes para completar todas las tareas sin esfuerzo. Tampoco hay una receta para que uno quiera estudiar si no tiene un interés real en el tema. Pero también es cierto que podrías poner en práctica -si queremos llamarlos así- algunos trucos psicológicos: mira tu objetivo, ya sea una titulación, un ascenso, una entrevista/examen o, por qué no, una vida económicamente independiente a largo plazo, y piensa que sólo estudiando esta asignatura aquí y ahora te acercarás a ese objetivo. Cuanto más lo hagas, más fuerza encontrarás incluso ante el aburrimiento.
Materias más fáciles de estudiar

Algunas asignaturas son objetivamente más difíciles que otras, pero por diferentes razones, relacionadas con las características de los temas tratados. Podemos dividirlos en dos macrocategorías:
- Materias de razonamiento: son las teóricas, como muchas asignaturas de Física, Filosofía, algunas de Derecho y, obviamente, Matemáticas, Informática e Ingeniería, donde se suelen aplicar teorías, códigos, lenguajes de programación y conceptos.;
- Temas nocionales (no se pretende en sentido peyorativo): son asignaturas basadas en el conocimiento de objetos y/o realidades concretas, como las lingüístico-literarias (inglés, griego, literaturas, etc.), las históricas, las histórico-artísticas y las descriptivas, como las químicas, biológicas y médicas.
Las asignaturas de la primera categoría suelen beneficiar a quienes tienen mala memoria pero muy buena capacidad de razonamiento y cierto talento en la materia. Por ejemplo, es posible que no recuerdes exactamente todas las hipótesis de nulidad de un contrato, pero razonando sobre lo que sabes de Derecho Privado podrías deducir igualmente varias nociones correctas.
Por el contrario, los temas puramente nocionales requieren memorización: no basta con saber que el periodo protogeométrico de la cerámica griega es anterior al geométrico, sino que hay que conocer exactamente al menos los límites temporales de uno de los dos para orientarse. Esto significa que las personas con mayor capacidad memorística tendrán mayor ventaja para estudiar estas materias.
Qué hacer para estudiar mejor y recordar rápidamente

Ahora te voy a dar algunos consejos para estudiar mejor y más metódicamente. Sin embargo, me gustaría señalar primero algunas cosas importantes, que pueden resultar poco claras en una época en la que abundan los pseudo cursos de memorización o incluso de estudio rápido:
- La rapidez en el estudio no depende sólo de tu voluntad, sino también de dos factores inalterables, como son la dificultad de la materia y tus cualidades personales (resistencia a la lectura, pero también memoria). Puedes mejorar, pero no esperes milagros.;
- La velocidad como fin en sí misma es tan inútil y peligrosa como correr a 200 km por hora en la autopista: tal vez una vez pueda ser buena para ti, pero normalmente sólo es una forma de hacer daño, tanto a tu carrera escolar/universitaria como a las habilidades que deberías haber adquirido y que, en cambio, sólo has memorizado sumariamente sin hacerlas realmente tuyas;
- No hay magia para hacer algo bien y rápido, aunque sin duda es posible, con años de práctica, asimilar suficientes habilidades para poder permitirse un menor esfuerzo en el estudio. Esto es especialmente cierto si tienes que dar temas relacionados: si ya has estudiado muchos temas históricos, por ejemplo, un tema histórico específico como «historia de la medicina» podría (aunque no necesariamente) resultarte más fácil, porque ya conoces el marco histórico-cultural en el que situar las nuevas nociones. Del mismo modo, si ya ha estudiado alemán, le resultará relativamente más fácil estudiar otras lenguas germánicas.
Planificar un horario de estudio obligatorio
Una buena forma de empezar a estudiar mejor, es planificar objetivos, según la materia, tanto cuantitativos como cualitativos.
Esto significa tanto planificar momentos precisos del día para hacer ciertas cosas (por ejemplo, estudiar el tema A por la mañana y el tema B por la tarde), como asignarse un mínimo estricto de trabajo diario, por ejemplo, leer un capítulo al día de tal libro. Lo más difícil de conseguir, por supuesto, es esto último, porque es posible que no se sepa de antemano lo complejo que es un tema.
Por ejemplo, en el mundo del Derecho, donde los libros son muy pesados, no es nada raro que los estudiantes dividan el libro en bloques de páginas (normalmente múltiplos de 20), mientras que en las asignaturas literarias puede ser muy conveniente dividir el libro por capítulos o temas en función del temario, sobre todo si se estudia siguiendo las clases.
Ten en cuenta siempre el tiempo del que dispones: considera que habrá días en los que no te encuentres bien, estés cansado o te surja un imprevisto, así que si te has marcado un objetivo de 100 páginas en 5 días procura planificar al menos 25 al día, y no 20, para estar protegido en caso de que una noche se te haga tarde y te levantes sin ganas de estudiar.
Del mismo modo, te aconsejo que no sobreestimes tus fuerzas, porque objetivos poco realistas, como leer 100 páginas al día, podrían resultar completamente insignificantes, obligándote a releer los mismos pasos una y otra vez porque no los has memorizado.
Estudiar poco y constantemente
Uno de los secretos de un buen estudio es la metódica, que no significa necesariamente estudiar de forma bendita todos los días sin descanso, sino que significa sobre todo mantener el cerebro siempre entrenado. Si una vez que cierras el libro te inclinas psicológicamente a rechazar el tema, y haces tabula rasa de los conceptos aprendidos pasando inmediatamente a las técnicas de lucha de un videojuego, por la fuerza de las cosas olvidarás inmediatamente todo lo que has leído..
Por el contrario, trata de interiorizar la información, concibiéndola en la dimensión normal de tu vida: piensa en la vez que te lesionaste el tobillo jugando al fútbol, y recuerda las nociones de anatomía; si estudias Derecho Privado, piensa en la transacción que hiciste al comprar el pan; si vas a Literatura y tienes que dar Lengua Griega, puedes pensar en cómo escribirías en griego una frase corta que acabas de pronunciar, etc.
Esto no significa tomar una actitud obsesiva, es sólo una forma de recordar con frescura, lejos de los libros, las nociones aprendidas.
Resumir textos y hacer un esquema
Una buena manera de memorizar mejor, es crear un esquema de la información del libro de texto, pero primero debes haberlo leído en su totalidad para poder, en consecuencia, seleccionar la información importante, o te arriesgas a hacer un desastre.
No hay un método para hacer un «buen» esquema, es algo muy personal y relacionado, sobre todo, con el tipo de tema; sin embargo, aconsejo encarecidamente no escribir casi resúmenes del libro (por lo tanto, asegúrate de que la información sea principalmente un recordatorio) y, además, sugiero no resumir información ya sintética, como diapositivas y fichas, porque podrías perder datos importantes.
Practicar exponer en voz alta
¿Es necesario que te diga que tienes que acostumbrarte a exponer correctamente los contenidos? Inténtalo inmediatamente una vez que hayas terminado un tema, no esperes y no dejes para el final lo que es una habilidad esencial para aprobar cualquier examen oral.
Lo mismo, por supuesto, se aplica al pensamiento escrito, en caso de que las pruebas estén en papel.
No hay ansiedad ni dilación
Los dos grandes problemas de los estudiantes son la ansiedad (sobre todo por el miedo a no conseguirlo y a defraudar a alguien) y la tendencia a postergar las cosas, es decir, la postergación.
En cuanto a la ansiedad, que también puede convertirse en un trastorno fijo (y si temes que se haya convertido en uno, acude con confianza a tu médico de cabecera, que en el más absoluto anonimato podrá orientarte correctamente para resolverla), piensa que todos, desde tus padres hasta tus profesores, han tenido que enfrentarse a pruebas y, como tú, han tenido miedo; piensa también que ellos también han fracasado a veces, es más, es probable que tus profesores -que han estudiado de media mucho, mucho más que los demás- hayan sufrido fracasos mayores.
Por lo tanto, es natural cometer errores, y no debes dejar que esto te paralice. Además, si no te sometes a la prueba, tampoco podrás superarla: para tener un resultado positivo, por tanto, debes liberarte del miedo a no superarla.
Si, por el contrario, eres un postergador, y tiendes a dejar para mañana lo que podrías hacer hoy, sería conveniente que pensaras en todas las metas que has descartado hasta ahora: ¿realmente vale la pena perder el tiempo, cuando podrías empezar aquí y ahora a obtener buenos resultados, con gran satisfacción personal?
Aplicaciones que ayudan y mejoran tus estudios
En la Apple Store (iOS) y en la Play Store (Android) puedes encontrar varias apps que prometen ayudarte a estudiar a diferentes niveles, muchas de ellas de pago. Ni que decir tiene que la calidad de estas aplicaciones es a menudo cuestionable, porque el enfoque del estudio es subjetivo y no puede ser realmente ayudado por una aplicación..
Es diferente, en cambio, si la app se utiliza para lograr una mejor gestión del trabajo, casi como una agenda personal. Este es el tipo de aplicación que decidí probar para ti, y obviamente tendrás que preguntar a los respectivos programadores por cualquier detalle relacionado con su uso.
BeFocused para iOS

En iPhone y iPad, la aplicación gratuita BeFocused, que puedes encontrar en esta dirección de la App Store, es muy popular. Parece una agenda avanzada, diseñada para permitirte gestionar mejor tu tiempo estableciendo objetivos específicos, un defecto es, quizás, la no muy alta calidad de la interfaz, los colores son bastante desvaídos, lo que no hace muy agradable su uso.
El «espíritu» de la app es similar al funcionamiento de un cronómetro: una vez introducidos los objetivos y puesto en marcha el temporizador, nos ayudará a no distraernos, empujándonos a completarlos en el tiempo establecido..
Todo es personalizable con la inserción de pausas y con la posibilidad de observar los valores estadísticos de nuestros resultados.
EasyStudy para Android

Un sistema de gestión de estudiantes bastante popular en Android, es EasyStudy, una aplicación gratuita alojada en esta página de Google Play Store. Su funcionamiento es un poco complejo, pero intuitivo.
Nella fattispecie, le materie vanno impostate singolarmente, e l’app consente di gestire sia il tempo di studio che il programma delle singole discipline. Il calendario è molto avanzato e di valido aiuto, anche grazie all’uso dei colori, che rendono più semplice l’individuazione delle singole sessioni di studio da compiere o compiute.
Estudiar rápidamente a partir de una situación

No es fácil ayudarte a estudiar rápidamente si no conoces el contexto en el que tienes que actuar, así que no podré darte consejos específicos. Sin embargo, he pensado en hacer una media de las situaciones más comunes en contextos de estudio ordinarios, y espero que estos pequeños consejos sean suficientes para ayudarte..
En la universidad
Sea cual sea el tema que tengas que tratar, una cosa es siempre cierta: en la universidad, la habilidad más importante es la de oscilar y hacer conexiones, y desarrollar este aspecto puede ayudarte a estudiar más rápido, porque al comparar las cosas que tienes que aprender con las que ya conoces, seguramente encontrarás muchos puntos en común, y estas similitudes -reales o no- serán una valiosa ayuda para la memorización..
De memoria
Aprender de memoria, salvo en los raros casos en que es importante (por ejemplo, en los idiomas) es siempre un error. Sin embargo, si realmente tienes que hacerlo, un consejo podría ser ordenar los términos o frases a memorizar, de forma que se cree una continuidad casi cantada. De hecho, nuestro cerebro recuerda mejor la información con este tipo de simetría fonética, y no es casualidad que los poemas estén en rima: ¡fue el método utilizado por los antiguos para memorizarlos!
Verbos irregulares en inglés
El consejo que he dado más arriba se aplica especialmente a los paradigmas ingleses o griegos, en los que puede ser útil centrar la atención en los acentos de las palabras: muy a menudo, de hecho, basta con repetir el paradigma varias veces haciendo más fuerza en la vocal acentuada para notar que tu capacidad de recordarlo mejora considerablemente.
Para una competición o cualificación profesional
La preparación de una competición es un mundo aparte, que debe abordarse con las herramientas adecuadas. El consejo que puedo darte «de improviso» es que no improvises y que, posiblemente, te apoyes en una formación realizada por iniciados, es decir, por personas que ya han obtenido el título al que aspiras.
Para un cuestionario o examen oral
Para una pregunta o un examen oral, te sugiero que empieces a repetir enseguida, como ya te he dicho más arriba, a ver si puedes ampliar tu razonamiento cada vez más.
A medida que vayas avanzando, no dejes de repetir las cosas que ya has hecho y, sobre todo, no te saltes algo por confiar en tu memoria: ¡recontar siempre es bueno!
Consideraciones finales
Recuerda siempre que el estudio es personal: evita fijarte en lo que hacen los demás, y organiza tus estudios teniendo en cuenta tus propias capacidades, en lugar de mis propios consejos o los de otras personas. Sobre todo, si decides seguirlas, adáptalas a ti mismo y a tu forma de pensar, así como a las peculiaridades del tema que tienes que tratar.